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La Casa de Irma

La Casa de Irma nace con el propósito de retomar la antigua tradición de la familia Moscoso, que por más de cuarenta años se dedicó a brindar servicios de alojamiento bajo la atenta mirada de Doña Irma Moscoso Torres, cuyo nombre lleva nuestro hospedaje.
Doña Irma Moscoso (1924-2016) fue una persona muy alegre, amable y servicial. Nacida en Arequipa en el seno de una de las más antiguas familias de la ciudad, radicó por más de setenta años en el tradicional Barrio de San Lázaro. Madre de tres hijos: David, Reynaldo y Anelisse, desde joven encontró un medio de vida en el servicio de hospedaje y alojamiento a turistas y viajeros en la antigua casona que heredó de su padre, Don Manuel Moscoso Vargas, quien fuera Director de la Orquesta Sinfónica de Arequipa.
Por más de cuarenta años se dedicó a recibir y atender a sus huéspedes, a quienes trataba como si fuesen su propia familia, tal es así que muchos de sus huéspedes terminaron quedándose alojados con ella incluso por años. Además de su calidez humana, algo que se recuerda incluso hasta hoy era lo sabroso de su cocina, cuya sazón se destacaba no solo por los ingredientes 100% naturales que utilizaba, sino por los métodos de preparación ancestrales, herencia familiar que en estos días es difícil de encontrar. Era muy sonada la frase que escuchaban los forasteros al llegar a San Lázaro: ¿Buscas donde quedarte? ¡Pues anda a la casa de Irma!
Lamentablemente, el terremoto que sacudió Arequipa en junio del 2001 dejó considerables daños en la antigua casona familiar, dejándola prácticamente inhabitable. Doña Irma, muy a su pesar tuvo que trasladarse a vivir bajo el cuidado de sus hijos en la ciudad de Tacna, falleciendo a la avanzada edad de 92 años sin poder regresar a despedirse del que fuera su hogar, la casona del Pasaje Bayoneta N° 100 en el barrio más antiguo de Arequipa.

¿Buscas donde quedarte? ¡Pues anda a la casa de Irma!

Luego de 17 años de esfuerzo constante, fueron el hijo de doña Irma, Reynaldo y su esposa Regina quienes lograron los permisos necesarios por parte de las autoridades para reconstruir la antigua casona y recuperar el antiguo legado de Doña Irma, brindando un servicio de hospedaje y alojamiento con un servicio cálido, amigable y familiar, buscando establecer con nuestros visitantes un vínculo afectivo con la ciudad y con el barrio de San Lázaro, tal como lo hiciera Doña Irma durante tanto tiempo.
Este esfuerzo es por ti, abuelita.
Reynaldo Vela Jr.
Gerente General

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